Coaching e inteligencia emocional
¿A qué llamamos inteligencia emocional?
La concepción de la inteligencia emocional como rasgo de personalidad significa que se considera como algo más que importante, es en definitiva determinante para adaptarse al ambiente y tener éxito en la vida. Esta concepción ha implicado a la psicología de la personalidad y ha generado gran variedad de estudios e investigaciones.
Necesidades de competencias pendientes
Relación entre coaching e inteligencia emocional
Se podría decir que el coaching tal y como lo conocemos en la actualidad tiene tres fuentes: la filosofía griega, la Psicología Humanista y el lenguaje.
1. La filosofía griega: La principal característica del coaching es la conversación y la realización de preguntas para reflexionar sobre los objetivos que se pretenden alcanzar. Este proceso de búsqueda de respuestas es similar a la Mayéutica y ya lo encontramos en las obras de autores como Sócrates, Platón o Aristóteles.
2. La Psicología Humanista: Se trata de una rama de la Psicología que nace a mediados del siglo XX como consecuencia del Conductismo y el Psicoanálisis y se centra en la importancia de las necesidades de las personas. La Psicología Humanista está ciertamente relacionada con el coaching ya que hace hincapié en la libertad individual, la elección, la autodeterminación y la búsqueda de crecimiento individual. Cabe destacar la importancia de la Jerarquía de Necesidades de Abraham Maslow, Person-Centered Approach (PCA) de Carl Rogers y la Teoría de la Autodeterminación de Deci y Ryan.
3. El lenguaje: Salta a la vista que el coaching es una palabra que procede del léxico anglosajón y se traduce al español como “entrenamiento”. La figura que dirige este entrenamiento, el coach, se puede traducir como “entrenador” pero también tiene otras acepciones como carruaje o coche de caballos. Este mismo significado lo encontramos en la palabra de origen húngaro “Kocsi”, que originalmente se utilizaba para denominar un revolucionario sistema de transporte para personas más cómodo que los habituales de la época y con un sistema de suspensión. Leonardo Ravier refleja en su libro Arte y ciencia del coaching: su historia, filosofía y esencia (2005) cómo pudo haber nacido esta palabra y cómo se extendió a otros países de Europa.
La historia apunta hacia los siglos XV y XVI, cuando empezó a hacerse muy popular la ciudad húngara de Kocs, situada a unos 70 Kms de Budapest, (entre Viena y Pest) y convertida en parada obligada para todos los viajes entre las dos capitales. En esta ciudad de Kocs empezó a hacerse muy común el uso de un carruaje caracterizado por ser el único provisto de un sistema de suspensión. Además, destacaba por su comodidad frente a los carruajes tradicionales. (Bou, 2003, p. 166).



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